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When I´m sixty four

 

Dicen los Beatles:

      When I get older losing my hair many years from now […] Will you still need me, will you still feed me, when I’m sixty-four?

             Pues si los Beatles hubieran sido periodistas en lugar de genios de la música, probablemente le habrían cantado esta canción a la Teoría de la Comunicación Mediática. Es en ocasiones curioso, por no decir complicado, jugar a adivinar qué consecuencias tendrán nuestros actos en el futuro. ¿Haré bien estudiando el doble grado? ¿Conocerá la canción de los Beatles el profesor? ¿Me servirá la asignatura? Lo bueno y lo malo de jugar a ser Rappel es que pocos argumentos se pueden usar, normalmente el citado vidente acude al tarot, pero cuando sacamos tres sotas y un seis, nos dimos cuenta de que las cartas de poco iban a servirnos. Entonces comenzamos a imaginar, nos pusimos un poco más de tripa y un poco menos de pelo y nos preguntamos qué estamos aprendiendo. Tras minutos de incómodo silencio alguien dijo: “Teoría de la Comunicación Mediática”. Realmente es una gran respuesta. Teoría --  De la Comunicación Mediática.

Teoría

Muchos, por no decir todos nosotros nos planteamos ser periodistas. El periodista pasivo, aquel que no va a encontrar la noticia si no que espera que la noticia le encuentre a él, no existe, o no debería existir, por ello todos los periodistas tienen un afán innovador, un espíritu de renovación y de acción. Por lo tanto, la teoría, en lo estrictamente profesional del trabajo, queda fuera de lo útil. El periodista intrépido se encuentra cada día con un nuevo reto, con una nueva disyuntiva; es muy complicado que conozca una teoría, por amplia que sea, que abarque todos los posibles supuestos que se le plantean. El periodista necesitará reinventar cada día la teoría, en cada ocasión, para lograr una nueva forma de actuar. No es nuestro sueño ser teóricos de la comunicación, con la cabeza cargada de teorías obsoletas que jamás aplicaremos. Por eso sería más útil aprender métodos prácticos con los que afrontar la vida diaria tales como las relaciones públicas o la búsqueda de la información.

De la comunicación Mediática

            Sigamos jugando a ser Rappel. Supongamos que nunca estudiamos esta asignatura. Y que, por casualidades de la vida, llegamos a ser periodistas, mileuristas, pero periodistas, masa alienada, pero periodistas. Jamás dimos Teoría de la Comunicación Mediática, entonces, ¿Podríamos llegar a ser Periodistas no mediáticos? Es más ¿Se puede ser periodista no mediático? Cómo sería un periodista no mediático; sería un reportero que no utilizaría como método de difusión de su mensaje los denominados Mass-Media. Sería un periodista cuyo principal objetivo no es llegar al mayor número de personas posible, ni transmitir la información a nivel global, ni tan siquiera influir en alguien. Entonces ¿Cuál sería el objetivo del periodista no mediático? Ninguno. Queda claro que no tiene sentido ser un periodista no mediático, por lo tanto sin conocimiento de la comunicación mediática ¡No se puede ser periodista!

            Pero y para ser comunicador audiovisual ¿Es necesaria esta asignatura? Hasta el momento la mayoría de teorías explicadas analizaban como medios para la comunicación los soportes escritos. Los supuestos de autores como Ortega están basados en la mayoría de los casos en la palabra y no en la imagen. Continuando con el juego de adivinación, si la asignatura aún no considerase la comunicación no verbal, los futuros comunicadores audiovisuales estarían perdiendo el tiempo.

            Pero si bien la imagen es un factor poderoso en la actual comunicación audiovisual, el texto tiene que acompañar. El género en mayor expansión son las series, y se lo deben, sin duda, al gran ingenio de sus guionistas que no sólo crean situaciones cómicas, si no que logran comunicar ideas de gran profundidad y sentimientos tras sus historias. Es de destacar cómo consiguen que la gente se pueda identificar con un médico arrogante y maleducado como House o con un asesino en serie como Dexter. En este sentido la Teoría de la Comunicación, es vital porque se trata de que guiones muy buenos, pero todos ellos muy distintos lleguen a espectadores de muy diversas nacionalidades, creencias e ideologías. Este ejemplo es extensible a otros formatos tales como los realities, o los debates.

            Y hablando de realities…Hay que señalar que este género lleva más de diez años en nuestras pantallas y su ramificación es tal, que cabe preguntarse qué no se ha hecho ya en televisión, venerado y repudiado, paradójicamente. Y, aunque la fórmula ya cansa y el nivel es paupérrimo, es un género en constante crecimiento. Para la creación de este tipo de programas sí que es muy útil la Teoría de la Comunicación, así como otros estudios de carácter más bien psicológico, ya que lo que pretenden es captar a un tipo de espectadores mediante diversos recursos, conductistas y psicoanalíticos. También en su proceso de selección de concursantes intervienen estos elementos psicológicos, ya que lo que buscan en los castings es determinado perfil, más o menos conflictivos.

            Sin interpretar los posos del café o las cáscaras del coco hemos llegado a la conclusión de que, como casi todo en la vida, las cosas son útiles dependiendo del uso que se les dé. Por ejemplo, los buscadores de oro del siglo XIX quedaban defraudados cuando una sustancia negra brotaba de la tierra en lugar del preciado metal. Aquella sustancia era petróleo y, sin embargo, se necesitaron años para apreciar su importancia. Quizás pase lo mismo con esta asignatura.

            Y para finalizar pensemos que when we are sixty four la sociedad, los medios y la comunicación habrán cambiado, pero, como decía Ortega, es importante conocer el pasado para comprender el presente. Así que es probable que todas aquellas teorías obsoletas, no lo sean realmente, y posiblemente la Teoría de la Comunicación Mediática will still feed us. Pero la pregunta es Will she still need us? Y sobre todo, si seremos capaces de aportar nuestro granito de arena al estudio de la comunicación. Las cartas de momento sólo me dicen “mus”.

 

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