Blogia
Zona10008

Consejo vendo, y para mí no tengo.

Cuando nos asaltan las dudas y no tenemos una idea clara de qué hacer o no estamos seguros sobre algo, consultamos a alguien. Para pedir consejo nos fijamos en diferentes aspectos, pero, por lo general, utilizamos como guía el tema que nos preocupa. Principalmente, recurrimos a tres grupos de personas: la familia, los amigos y los expertos o personas especializadas en el tema en cuestión.

Mamá… Tengo un problema

            Cuando se trata de la familia, a medida que las personas crecen piden menos consejo, es parte del proceso de maduración que conlleva la emancipación. Suele suceder, que “en casa de herrero cuchillo de palo” puesto que en ese afán revelador que supone la madurez, muchas veces el individuo se revela sin más ante las ideas de su familia, pero, por otra parte “de tal palo tal astilla” la educación recibida siempre condiciona el resto de nuestra vida. Dentro de la familia, entendemos la diferencia entre padres y hermanos, ambos términos en un sentido amplio. Por padres nos referimos a la presión que ejerce la parte más tradicional de la familia la que pertenece a otra generación. Por hermanos entendemos las personas de nuestra familia, de una edad cercana cuyos consejos nos afectarán de manera similar a las de los amigos (tratados más adelante).

            En lo tocante a la moda, el ocio y la música no solemos pedir consejo a los padres. La mayoría de los jóvenes no comparten los gustos estilísticos de sus progenitores, pero eso suele asumirse, el problema sucede cuando el hijo es juzgado por sus padres a causa de la ropa que usa. Hablamos del caso de las tribus urbanas. Otra situación embarazosa se produce cuando las ideas machistas del padre impiden que, sobre todo las hijas, vistan ropa “ceñida”. Claro que a menudo la moda es cíclica y puede que un día te encuentres usando la ropa de tu padre. En cuanto al ocio y la música, son sectores en constante cambio, por lo que es difícil que dos generaciones conecten. El método de ocio de los jóvenes jamás será compartido por los padres, aun cuando en su juventud ellos mismo lo practicaban.

            Los terrenos en los que más solemos ser aconsejados por los padres es en terrenos como la política o los estudios. La política poco cambia con los años, por lo que las ideas concebidas en la juventud de nuestros padres siguen siendo válidas hoy. Nuestros padres se han criado en una sociedad democrática, por lo que en general aceptan nuestra manera de pensar. No ocurría lo mismo con nuestro abuelos. Como dije antes, la ideología es algo que queda muy marcado por el aprendizaje que recibimos. En los estudios los padres juegan también un papel vital. Suele darse la ocasión de que a los padres le basta con que sus hijos sigan estudiando sea cual sea el objeto de estudio. No obstante, existe el caso de la familia obsesionada con que su hijo llegue a ser un determinado estudiante, a menudo, resultado de la frustración personal de la juventud de los padres. El caso es, que, la presión de autoridad y la condición de que son los padres los que suelen financiar los estudios, hace que muchos jóvenes sigan su consejo, para mal.      

Laura, Luis; ¡no sé qué hacer!

Los amigos son habitualmente los más requeridos para pedir opinión sobre diversos temas. Se podría mencionar el refrán “dime con quién andas y te diré quién eres”, del que se deduce que entre amigos los gustos, las formas de ser, habitualmente concuerdan, aunque sean diversas en ciertos aspectos. En primer lugar, haremos referencia a la moda. Es cierto que cada persona puede tener un estilo propio a la hora de vestir, pero lo habitual es ver a personas con formas de vestir parecidas, juntas. Cojamos como ejemplo algunos “grupos” de chicas pijas que parecen todas clonadas unas de otras, con el mismo calzado y una combinación de colores muy similar. O, ya más acentuado y exagerado, son las tribus urbanas, como los skin-head. Y la moda es que no sólo hace referencia a la ropa, sino a estilos de peinados o simplemente gustos parecidos en los complementos. En estos casos no es ya que se pida consejo, sino que el contexto de cada persona le hace ser de una forma u otra.

En el tema de los espectáculos sí solemos recurrir a los amigos para pedir opinión, en el caso de que hayan visto una película que no estemos seguros de si ir a ver. Además, en ocasiones el consejo se pide no para que el amigo te diga que vayas a verla, sino que puede ser por lo contrario. Me explico. No es extraño que dos personas, aunque salgan en el mismo grupo, gusten de diversos tipos de géneros audiovisuales. En este caso, si alguien que se sabe que tiene diversos gustos a los de uno mismo, no ira a ver una película que el otro le haya aconsejado ver, a no ser que por otras fuentes haya sido informado de que es una buena opción de diversión. Sin embargo, esto muchas veces no tiene relevancia cuando se va en grupo a ver una película. Si todos los amigos quieren ver una en concreto, por mucho que uno mismo quiera ver otra, se meterá con sus amigos a ver la elegida por mayoría.

El mismo caso es el de la música. Conociendo el gusto de los compañeros, se puede elegir seguir sus consejos o no. No obstante, ahora cada cual compra los discos que él elige, sin sentirse, por así decirlo, coaccionado por los demás. En este caso es más individual la decisión.

La política es un tema más delicado. En ocasiones es mejor no hablar de esto para evitar disputas, pero nunca viene mal conocer el pensamiento de las personas que nos rodean. Los amigos pueden intentar persuadirnos de que su ideología es mejor, que hay que votar a un partido en particular y darnos argumentos, pero no hay por qué seguir siempre esos consejos. De hecho, aquí lo mejor es guiarse por las creencias de cada uno.

Por último, abordaremos el tema de los estudios. Lo más aconsejable, es no seguir consejo alguno. Cada cual debe pensar qué quiere estudiar, qué le gusta, por lo que no es lo más aconsejable pedir opinión ajena, y menos a personas cercanas a la edad de uno mismo que habitualmente están tan perdidos como nosotros a la hora de elegir.

Señor Gómez, ¿qué podría hacer?

            Pero no sólo nos guiamos por las opiniones de amigos y familiares en diversos ámbitos. Sin duda, nos será mucho más útil la opinión de un experto en la materia en cuestión. No obstante, la influencia de estos no puede ser la misma, si no que la persuasión cara a cara resulta mucho más efectiva. La medida en que nos dejemos aconsejar por estos expertos vendrá marcada por la consideración que tengamos de ellos. Esto se explica porque sólo tendemos a dejarnos guiar por alguien cercano que nos tenga en estima, o por aquellos en quienes reconocemos un mayor dominio de la materia, el archiconocido “criterio de autoridad”. También querríamos señalar que la influencia de estos expertos puede ser contraria a lo que ellos pretendían en un primer momento. Por ejemplo, la crítica encarnecida a una película, obra teatral o partido político, puede ponernos de parte precisamente de aquello que se crítica.

            Sin embargo, su influencia no es la misma para cualquier tema. Se puede apreciar que a la hora de decidir nuestra asistencia a una determinada exposición, obra teatral, musical o, incluso, para ver una película, tomaremos más en cuenta la opinión de estos expertos que a la hora de comprarnos ropa o música.

            Aún así, consideramos que la diferencia esencial no está en el qué, sino en el quién. Es decir, habrá gente muy influenciable respecto a su forma de vestir, o para ir a la moda, habrá otras personas más influenciables por los críticos de cine, de teatro… En cuanto a la política, apreciamos que hoy en día, la influencia de cualquiera de estos supuestos expertos no es en modo alguno decisiva, puesto que la gente ya tiene una muy sólida opinión política y escucha, lee y ve los medios que se ajustan a su idea política, por lo que los debates políticos no hacen más que reafirmar a sus espectadores en su opinión y no tanto persuadirles.

Es que en mi pueblo es así…

            Si hay una verdad obvia, es que todos los que formamos este grupo pertenecemos a culturas diferentes englobadas dentro de una principal. Esto es, por ejemplo, porque: Mónica es de un pueblo de Toledo, Marta es de Bilbao, Pablo y Alberto son de Madrid y Ardiel es de Las Palmas. Todos hemos tenido raíces variopintas influenciadas por nuestra geografía y tradiciones.

            Se puede decir que Madrid, la capital de España, la que posee de casi todo, es un lugar en el que la cultura esta siempre muy presente. Aquí llegan todo tipo de actividades (conciertos, exposiciones, encuentros o charlas), pero por el contrario en lugares como Canarias no todo es tan fácil. No hay grandes museos, como pueden ser: el Reina Sofía o El Prado en Madrid, El Guggenheim en Bilbao. Cierto es que “el hábito no hace al monje”, pero disponer de sitios tan importantes, que sólo con pasar por delante logran que respires cultura, notoriedad, historia, hace que uno se interese un poco más por algo que no sea cotidiano.

            A lo que me refiero es que, a pesar de vivir en el mismo país, todas las regiones tienen una cultura diferente, diferentes tradiciones, formas de influir, de contar lo sucedido, diferentes formas de ver lo que ha sucedido y está sucediendo en España. No todo depende de las personas que nos rodean o que pretendan influirnos, gran parte de lo que somos es debido a donde hemos nacido. No importa que la televisión, a través de su programación, nos considere a todos los españoles iguales, con la misma cultura o tradiciones. Lo mismo ocurre con el cine, Internet o la prensa.

            Se puede intentar generalizar, pero las modas cambian y, a nuestros padres, por mucho que lo intenten, no les gustan ni gustarán las mismas cosas que a nosotros a su edad, no se dispone de la misma tecnología, hábitos, valores familiares. Generalizar, como tal, es una falta de compresión hacia lo que nos rodea.

            La sociedad esta entrando desde hace bastante tiempo en un conformismo irrefrenable, estudiar antes era un lujo, leer un libro algo que pocos afortunados podían hacer, pero, ahora esperamos a que salga la película. El conformismo esta haciendo que la juventud no valore nada y aguarde a que se lo traigan todo hecho. Esto es lo que las grandes empresas están aprovechando para acabar con todo, introducirnos en la mente la palabra “crisis” y hacernos creer que la globalización lo es esencial.

            En conclusión, es algo conocido por todos que para pedir consejo no recurrimos siempre a las mismas personas, y que tenemos muy en cuenta, el tema en el cual necesitamos ayuda, no todas las personas somos iguales, pensamos igual o actuamos igual. Pero hay otra parte de la vida que se basa en las decisiones que tomamos por nuestra cuenta. Por lo que pedir consejo o no a las personas que nos rodean, en ocasiones es menos importante que intentar conseguir gran parte de la información por nuestras propias experiencias.

            .Zona 10008

0 comentarios