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Zona10008

Bolonia, bienvenido a la república independiente de tu universidad.

Bolonia, bienvenido a la república independiente de tu universidad.

Como todos no sabrán, en nuestra Universidad ya se ha implantado el plan Bolonia. Y ustedes se preguntarán: ¿qué demonios es eso? Pues bien, aunque a primera vista una ley boloniesa suene a que lleve tomate y carne picada están muy equivocados. El plan Bolonia tiene más de sueco que de italiano, y no es porque todo el mundo se haga el sueco cuando se piden apuntes, qué va. Es porque se parece mucho al IKEA. ¡PARA! ¿Se pueden decir marcas en los blogs? a ver, Carrefour… Citroën… Sí, parece que sí se puede. ¿Por dónde íbamos? Ah sí, pues bien, ustedes saben como funciona esto. En IKEA, tú llegas coges un lápiz ridículo (dos si eres un roñoso que estamos en la vuelta al cole), un metro (que siempre viene bien). y uno se lanza a buscar muebles. La primera similitud entre IKEA y la universidad es que todos los libros parecen estar en sueco, pero supongo que esto pasaba ya antes del Bolonia.

            Todos los IKEA tienen una reproducción fiel del lugar donde se guardó el Arca de la Alianza después de que Indiana la encontrara. Allí descansan las estanterías Sligbel y los armarios Ropogberg. Bueno ellos no, sus piezas. Lo que más distingue a IKEA es que tú te sientes protagonista. Tú llegas, tú coges el premueble, tú lo subes hasta el quinto, y por último y genial, tú lo montas. En definitiva, que si alguien te dice que trabaja en IKEA, contéstale que no… ¡Que en IKEA trabajas tú!

            Qué hermoso momento ese en el que toda la familia se reúne para montar el nuevo armario. Esa anciana suegra que opina sobre piezas cuyo nombre no puede pronunciar, ese niño jugando con los tornillos, y tu mujer: "¡Qué se va a comer uno!". Pues que se lo coma, si siempre hay de sobra.

            Y llega el momento final en el que montas el armario. Sí, lo has conseguido, y dices familia… habemus armarium. Entonces el niño dice: pero… ¿no habíamos comprado una mesa? Esa noche acabáis cenando sobre estanterías.

            Pues Bolonia es muy parecido. Bolonia se basa en una idea de Jiner de los Ríos (no, el gordo que cantaba La Macarena no) que inventó la ILE (Institución Libre de Enseñanza). La ILE se basaba en enseñar a aprender, por ejemplo se educaba al alumno en deporte y cultura y sobre todo en que supiera adquirir conocimientos. No existía en la ILE un libro de texto sino manuales en cada clase de los que el alumno extraía las lecciones que él mismo diseñaba. Y ustedes estarán pensando, éste es idiota por rechazarlo. Pero no es tan sencillo. Una clase participativa funciona con grupos pequeños. En grupos grandes si los alumnos se callan la clase parece un film de Buster Keaton y si hablan el camarote de los hermanos Marx. El sistema de consulta funciona cuando se dispone de un manual por cada 10 ó 20 alumnos, pero cuando hay un libro para 120 lo que te queda es rezar para que Jesús pase de panes y peces y multiplique manuales.

Yo no quiero defender el sistema del alumno pasivo, que está en clase como Amy Wine House en un concierto, descentrado y como puesto por el ayuntamiento. Pero si la teoría es importante, la práctica tiene que funcionar. Porque la familia del IKEA no quería un armario, sino una mesa. Bolonia así planteado es como el IKEA: los profesores te suministran piezas que no terminan de encajar y tú te desesperas. La clave estará en las instrucciones, supongo que si el IKEA o los profesores son capaces de suministrar unas buenas instrucciones, ninguno de nosotros se encontrará con un armario. Porque ya es hora de poner una mesa en ese rincón llamado España del salón de Europa.

Rekerey                

     

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